Un nuevo estudio dirigido por investigadores de Oxford Population Health ha demostrado que una serie de factores ambientales, incluido el estilo de vida (tabaquismo y actividad física) y las condiciones de vida, tienen un mayor impacto en la salud y la muerte prematura que nuestros genes.
El estilo de vida y los factores ambientales afectan la salud y el envejecimiento más que nuestros genes