Uno de los principales problemas del IMC es que no puede distinguir entre músculo y grasa. Esto es importante porque el exceso de grasa corporal es un buen indicador del riesgo de enfermedad cardíaca, pero el músculo (y por tanto el IMC) no lo es.
Olvídese del IMC: existe una técnica más útil para medir la grasa corporal con 2 000 años de antigüedad