Muchas cosas mejoran con la edad: el vino, el queso, la sabiduría. Pero, por desgracia, el hígado no es una de ellas. Una de las principales razones de estos efectos más dañinos son los cambios en el hígado, el órgano principal que procesa el alcohol cuando se consume. Las personas mayores no pueden metabolizar el alcohol tan bien como las personas más jóvenes debido a una disminución en el nivel de activación de enzimas hepáticas específicas.

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